La tatuadora compartió la historia y explicó por qué se negó a hacer el trabajo en su cuenta de TikTok.
Leidy Mora es una joven tatuadora colombiana que comparte mucho sobre su trabajo en TikTok. Le pidieron un presupuesto para un tatuaje que parecía bastante común.
«Me negué a hacer un tatuaje y no sé si llamarlo sororidad, ética o simplemente porque no quiero ser parte de estas cosas«, comenzó diciendo en el video.
Leidy Mora también explicó que había hecho muchos tatuajes así antes, pero siempre se arrepintió y decidió no hacerlo más.
Para aquellos que no lo saben, el precio de un tatuaje depende del tamaño, el diseño y el lugar del mismo, y la tatuadora solicitó todos estos datos a la persona que creía que sería su futura clienta. Todo parecía normal hasta que la joven le envió una imagen de lo que quería tatuarse, la cual decía «Propiedad de Víctor», junto con la fecha 30/12/2019 y la frase «por siempre». Desde el estudio, le respondieron que no realizan ese tipo de diseños porque van en contra de la moral de la mujer.
La tatuadora continúa su video preguntando con indignación: «¿Por qué alguien quiere tatuarse ‘PROPIEDAD’? Tú no eres un objeto, no eres una cosa. Me parece muy triste. Sé que otro tatuador lo hará, pero yo no. En mis diez años de carrera como tatuadora, lo que más hago son nombres y fechas de ex, pero nunca había visto a alguien querer tatuarse ‘propiedad'».
Con la publicación de este video, surgieron controversias: «Tiene la libertad de tatuarse lo que quiera. Después de todo, puede taparlo o borrarlo», «Supuestamente, estás discriminando al no hacer el tatuaje», «Es decisión de cada uno tatuarse lo que quiera. Imagina que soy ateo y quisiera un Cristo», dijeron algunos usuarios en contra de la decisión de la tatuadora.
Sin embargo, muchos otros estuvieron de acuerdo con ella: «Soy tatuadora y he tenido que cubrir tantos tatuajes así», «Espero que el haberle negado el tatuaje la haga pensarlo mejor», «Estoy en contra de los tatuajes de pareja y menos con uno que dice ‘propiedad'», «Vi uno similar en un chico. Se lo hizo para que la chica no lo dejara (ella lo condicionó) y sin embargo lo engañó con otro».
En mi opinión, la tatuadora hizo lo correcto al negarse a hacer el tatuaje que le pidieron. Es importante que cada uno tenga su propia ética y valores y, en este caso, ella decidió no ser cómplice de un diseño que considera ofensivo y denigrante hacia las mujeres. Además, como mencionó en el video, ella misma se arrepintió en el pasado de haber hecho tatuajes similares.
Por otro lado, entiendo que hay personas que piensan que cada uno puede tatuarse lo que quiera y que no debería haber discriminación en ese sentido. Sin embargo, creo que hay límites éticos y morales que cada uno debe tener en cuenta y que van más allá de la libertad individual.
En resumen, me parece bien que la tatuadora haya defendido sus principios y haya generado una reflexión en la sociedad sobre el valor y la dignidad de las mujeres. ¡Nos vemos en la próxima nota!